POSICIONES 55

Inmigración en España: por una conversación pública racional

La conversión en un país de inmigración es probablemente el cambio social más importante que se ha producido en España durante los últimos 30 años. Los datos más recientes indican que viven ya en el país más de nueve millones de inmigrantes, definidos, como lo hace la ONU, como “personas nacidas en un país que viven en otro”.

En concreto, las cifras provisionales del INE, a 1 de enero de 2025, indican que 9.379.972 personas nacidas fuera están empadronadas en España; una cifra que supone un aumento de 541.738 personas durante el año 2024 (Gráfico 1). A su vez, las “segundas generaciones”, personas nacidas en nuestro país de padre o madre inmigrante, agrupan a otros 2.650.000 individuos.

En conjunto, la inmigración, de primera o segunda generación, representa ya casi una cuarta parte del total de la población. En lo que va de siglo, la población española ha crecido en un 23%, pasando de 40 a 49 millones de personas, un crecimiento debido enteramente a la inmigración.

Sin esa inmigración la población española estaría disminuyendo porque tiene una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo (1,12 hijos por mujer, a tenor del último Índice coyuntural de fecundidad del INE). Este factor, combinado con la gran longevidad de los españoles, supone una fuerte amenaza a la sostenibilidad del Estado de bienestar español.