Tras 5 años de crecimiento continuado del PIB español a un ritmo promedio cercano al 3% anual, generando ahorro y ganando competitividad, han aparecido en 2018 síntomas de moderada desaceleración y de reducción del superávit exterior.
Es, por tanto, oportuno plantearse una doble cuestión: ¿Estamos al final del ciclo económico de la recuperación? ¿Puede la política económica hacer algo para darle un nuevo impulso a la economía y animar el crecimiento?