Durante meses, el debate acerca de las consecuencias económicas de una eventual secesión de Cataluña ha estado limitado al tema de las balanzas fiscales; es decir, al argumento falaz de que Cataluña estaría realizando una contribución desproporcionada al resto de España vía impuestos.
Este argumento, tan querido inicialmente a las formaciones secesionistas, ha quedado ampliamente cuestionado, sin que ello haya dado paso a una reflexión profunda acerca de lo que está en juego en este conflicto desde el punto de vista económico.
Y lo que está en juego es mucho más que la balanza fiscal. En su POSICIONES nº 16, El valor económico de la unidad: Cataluña en España, el Círculo Cívico de Opinión, realiza un detallado análisis de los impactos comerciales, financieros y monetarios que tendría una secesión de Cataluña.
Todos ellos apuntan con claridad en la misma dirección: un proceso semejante dañaría gravemente a Cataluña y al resto de España, pero sus efectos sobre la economía catalana serían particularmente devastadores, afectando muy negativamente al bienestar de las personas, a sus niveles de empleo y renta, a la seguridad de sus ahorros y sus pensiones, y haciendo imposible, en definitiva, que pudieran mantener sus actuales niveles de vida.
La Circular del Círculo nº 10 /diciembre de 2015.