Prisas alemanas y urgencias europeas

Artículo de Francisco Sosa Wagner e Igor Sosa en El Mundo, 25/02/2025.

LAS URNAS alemanas han hablado y sus guarismos no necesitan grandes dotes interpretativas. El Gobierno tripartito saliente ha recibido un varapalo  mayúsculo: los liberales desaparecidos del Parlamento, los socialdemócratas descendiendo a las catacumbas bismarckianas (16.4%) y los Verdes manteniendo a duras penas el tipo como cuarta fuerza (11.6%).

Los democristianos de Friedrich Merz han logrado una victoria clara, pero con un adarme de amargura, al no convencer ni a uno de cada tres votantes (28.5%). La ultraderecha de Alternativa por Alemania ha cumplido sus expectativas, duplicando sus resultados y  alzándose con la segunda posición (20.8%). Finalmente, la extrema izquierda de Die Linke se mantiene en el Parlamento, aunque debilitada por la fuga de votos  de la enredante Sahra Wagenknecht. La altísima participación inyecta legitimidad adicional a los resultados.

La sombra de Angela Merkel es alargada. Sus largos años de Gobierno trastocaron, probablemente sin que la propia protagonista así lo anhelara, muchas de las costuras de la sociedad alemana. Los resultados del domingo son consecuencia de aquellas legislaturas. Su reacción, humanamente encomiable, pero políticamente llena de aristas, de abrir las fronteras a los  inmigrantes brotados de la crisis siria acabó partiendo al bloque conservador (y también, irónicamente, a la extrema izquierda). Su abandono un tanto atropellado de la energía nuclear tras el accidente de Fukushima profundizó la dependencia energética del gas ruso.

Y, entre otras decisiones, su gestión de la crisis del euro puso al límite la paciencia de los alemanes con la construcción europea. Merkel fue una gobernante vertiginosa bajo la apariencia de una tortuga.

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