Lenguas, democracia y convivencia

Artículo de Óscar Loureda y Francisco Moreno Fernández publicado en Tribuna política, 01/12/2020.

Uno de las consecuencias de la Constitución Española ha sido el despliegue de una legislación lingüística capaz de favorecer un nivel de normalización de las lenguas de España sin precedentes. Hoy el español es más importante en el mundo que hace apenas cuatro décadas y ello se ha producido con un aumento de la sensibilidad de los ciudadanos, de las instituciones y de la sociedad en su conjunto hacia las distintas lenguas y modalidades lingüísticas de España e Iberoamérica.

Esa misma sensibilidad, no obstante, ha desencadenado no pocos debates y ha hecho aflorar actitudes enfrentadas –y hasta aparentemente irreconciliables– nunca antes conocidas en nuestra historia moderna. La actividad en materia de normalización, la sensibilidad hacia las lenguas o los debates que se han suscitado en España durante las últimas décadas no deben interpretarse como un caso único, al margen de los procesos que afectan a la convivencia de lenguas en cualquier lugar del mundo.

Las nociones de ‘identidad’, ‘multiculturalidad’, ‘normalización’ y ‘lealtad’ lingüísticas afectan a numerosas situaciones de convivencia de lenguas. Las nociones de ‘lengua propia’, ‘lengua común’ o ‘conflicto lingüístico’ son igualmente aplicables a múltiples contextos, aunque en España han adquirido un cariz particular, a veces partidistamente connotado.

Sin perder de vista la generalidad de las dinámicas implicadas ni la particularidad lingüística del espacio español, la situación actual invita a buscar espacios de encuentro y para ello es necesario partir de una triple realidad: la legislación lingüística de España ha de interpretarse desde las circunstancias de una democracia madura y avanzada, que desea valorar lo distinto para construir lo común; la situación lingüística de España debe conciliar la legislación autonómica con la legislación general, para garantizar derechos a los hablantes de todas las lenguas; y la legislación relativa al español debe tener en cuenta la naturaleza plurinacional de esta lengua y su condición de lengua de comunicación internacional.

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