Circular de 15/06/2016
Ante el 26j
El pasado día 15 de junio se cumplieron cuarenta años de la celebración de las elecciones de 1977, inicio de la actual democracia española, momento central de una transición política que resulta inseparable de la restauración de la monarquía en la persona del rey Juan Carlos I, abriendo una etapa de intensa modernización económica, social y cultural. Cuatro días después, el 19 de junio, se celebró el tercer aniversario de la proclamación de Felipe VI como rey de España.
La naturalidad que revistió el proceso de sucesión en la jefatura del Estado revela que la continuidad, una de las principales señas de identidad de la institución monárquica, es también uno de sus puntos fuertes. Se acompasaron, de hecho, la conmemoración de dos comienzos, uno histórico y otro de futuro.
Por eso mismo, puede ser oportuno lanzar una mirada sobre el papel que la Corona ha jugado en el pasado y el que puede jugar en el futuro, sobre la relación entre la monarquía y la democracia parlamentaria, un tema sobre el que hay más pre-juicios, es decir, juicios previos, que evidencias y constataciones.