POSICIONES 10
Ante las elecciones europeas.
Trescientos noventa millones de europeos están convocados a las urnas los próximos días 22-25 de mayo en lo que sin duda constituye uno de los ejercicios democráticos más masivos del mundo. Estas elecciones muestran la amplitud y profundidad del proceso de integración europeo y, como tal, deben constituir un motivo de celebración y orgullo para la ciudadanía. A la par, sin embargo, también ofrecen sobrados motivos para la preocupación, pues coinciden con una de las crisis más profundas de la historia de la integración europea.
Se trata de una crisis que es económica y que se manifiesta en unos niveles de desempleo récord y unas tasas de crecimiento sumamente débiles, aunque con diferencias significativas entre los diferentes miembros, lo que dificulta una visión compartida de la crisis. Pero también estamos ante una crisis política y de legitimidad, ya que dentro de la Unión Europea se ha abierto una gran brecha entre élites y ciudadanos, por un lado, y entre centro y periferia, o deudores y acreedores, por otro. Ello ha situado a las políticas anti-crisis en un callejón sin salida, pues las medidas que los técnicos proponen para salir de la crisis rara o difícilmente obtienen el consentimiento popular, y las medidas que obtendrían el consentimiento popular raramente son puestas en marcha o son revocadas al poco de ser implantadas.